jueves, 9 de agosto de 2018


¿GANAMOS en el Congreso?
¿Cuáles serán las próximas batallas para las “Cruzadas” de la Iglesia?

                            Tras el rechazo al aborto legal en el Senado, el Gobierno evalúa impulsar la despenalización de la mujer en la interrupción voluntaria del embarazo en el proyecto de reforma del Código Penal que enviará este mes al Congreso. De ese modo no habrá que esperar al próximo tratamiento con fecha incierta para avanzar en ese paso que en la Casa Rosada consideran menos controvertido, aunque la asistencia médica garantizada por parte del Estado quedaría limitada a los casos de violación y riesgo de vida de la mujer. (Diario Clarín, 9/8/2018).

¡Claro, mejor y más barato! Damos otro golpe demagógico y no se cargará con los costos de quienes quieran abortar… los hospitales públicos tampoco darán este servicio.

Creo que la Iglesia Católica y otras son las grandes perdedoras del debate sobre la IVE…

En las propias filas, luego del festejo queda al descubierto una nueva grieta que será difícil de cerrar. En mismo debate algunos Senadores de signo verde en pañuelos u otras prendas, expusieron excelentemente las razones del por qué, a pesar de reconocerse católicos, son partidarios de una ley que solucione temas que al menos la mitad de sociedad evalúa imprescindible el tratarlos. Diferencian, a mi criterio con verdad, que no se trata de moralidad, sino de leyes: Vale TODA vida. Quienes, por ésta o muchas razones más les produce rechazo la posición irreductible de la Iglesia, se distanciarán de ella por “dogmatismo” que encierra. Ni hablar de quienes han venido tomado posiciones también dogmáticas pero de sentido contrario, inexcusables, pero en la lógica de la grieta, han llegado y llegarán con nuevas acciones de violencia verbal y física. Testigo de ello son los daños en las Iglesias y los certificados de apostasía que se hacen cada vez más comunes.

Fuera de sus filas: Pero también con apoyo de los propios, los no católicos (cristianos) seguirán con la búsqueda de aprobación de una ley que contemple un problema que racional y pasionalmente se ha expresado en el Congreso: ¡¡¡el problema existe!!! Y, según varios de ellos, será el próximo o el siguiente año. Si ya estaban alejados de la Iglesia o la rechazaban, desde ahora lo serán más aún, por no entenderla o más aún, por no sentirse contenidos, y por sentirse rechazados, identificados con el demonio al decir de algunos obispos…

Pero hay otras luchas a las que tendrá que hacer frente nuestra Iglesia… y tal vez aún más graves (ya en algunos países se está dando), como la EUTANASIA. En nuestra historia reciente, la Iglesia “perdió” anteriores luchas catastróficamente: asuntos de moral sexual (masturbación, relaciones homosexuales y prematrimoniales), divorcio, matrimonio igualitario). Ni hablar del alejamiento de cientos (o miles) de fieles por los temas de pedofilia y económicos.

Si la Iglesia no cambia su óptica de sentirse en la cumbre de la sociedad con derecho a dictaminar sobre la vida humana a toda ella; si no sale a vivir en sociedad con hechos y no palabras; si no se hace cargo de los ancianos como su raíz evangélica lo exige (como en todos los otros temas), pasará lo mismo que con los temas anteriores… aunque “gane” alguna batalla como la de hoy, tendrá que lamentar que se los descarte mañana como los “niños por nacer de hoy”.

Lo grave es que mi generación en Argentina estará en esa época en la primera fila de los “eutanasiados” como sucede ya en los países más “avanzados”.