“Es propio del Sabio
cambiar de sentencia”
(Alguien Sabio)
Algunos
días, y hoy es uno de ellos, suceden cosas que nos son difíciles de comprender.
Desde hace unos años he venido haciendo una valoración de Jorge Bergoglio que
hoy es difícil sostener habida cuenta que es proclamado “Santidad”. Recibirlo
como autoridad que llega hasta las fibras más profundas del sentimiento
religioso de millones de personas y hasta de uno mismo…, es el Papa, “Babbo”,
“el dulce Jesús en la tierra”…
Pero
en contradicción con la historia de los convencimientos más profundos y por los
cuales uno ha hecho las opciones fundamentales de la vida.
Si como en
todo hombre hacemos (como lo hemos hecho) valoración de la persona por los
convencimientos (ideologías) y las acciones (trayectoria), no podemos menos que
permanecer fieles a aquello que también hemos aceptado y vivido. No me ha
alegrado en lo más mínimo la elección de Francisco I. Desdecirme sería una
traición a mi mismo. Por lo cual no puedo ahora expresar otra cosa que un
profundo silencio a la espera que la realidad pueda mostrar que es propio de
los sabios cambiar de sentencia. Pero todavía no puedo vislumbrar si se trata
de mí o…
El Señor
escribe derecho en renglones torcidos, yo creo en los milagros, existe la
conversión, Monseñor Oscar Arnulfo Romero es el mejor ejemplo conocido por todos. Dio
la vida por su Pueblo como el Buen Pastor. Pablo de Tarso, San Agustín, San
Pedro Armengol… e infinidad de amigos de Jesús que testimoniaron su Fe hasta
derramar su sangre.
Al tomar el
nombre Francisco no se si hace referencia al de Asis o a su hermano misionero
(Francisco Javier); cualquiera de los dos es bueno para la Iglesia en este
momento: el primero si se despoja como él y vuelve a la sencillez del Evangelio;
del segundo si abandona el romanismo eclesial para adentrarse en el
reconocimiento de toda cultura como “capax dei” (capaz de Dios). Lo que es
bastante más difícil es pensar una “conversión” del neoliberalismo que ha
profesado y su coqueteo con los que han profanado el 5º mandamiento haciendo
alarde de su “pecado público”. Su oposición manifiesta a las actuales autoridades
democráticas de nuestro país necesitará una “conversión” que no repita sus
gestos a otras institucionalidades.
Sea como fuere
los que de a pie somos, en el respeto que se merece, aguardamos el cariz que
dará a su “Pontificado”, en el convencimiento que “es propio del Sabio cambiar
de sentencia”, y deseando desde el fondo del corazón, que seamos nosotros los
que andabamos equivocados.
En cuanto a fidelidades
se refiere, seguiré absolutamente convencido del Evangelio de Jesús y de las
verdades de la Iglesia, particularmente las del Concilio Vaticano II, en las
que me he formado y hecho las opciones fundamentales de mi vida.
Carlos
María Diez
Venerador
de San Francisco de Asis,
de San Francisco Javier
y de
muchos mártires de la Iglesia Latinoamericana