jueves, 14 de marzo de 2013

El valor de la fidelidad. En el Año de la Fe


“Es propio del Sabio cambiar de sentencia”
(Alguien Sabio)

                Algunos días, y hoy es uno de ellos, suceden cosas que nos son difíciles de comprender. Desde hace unos años he venido haciendo una valoración de Jorge Bergoglio que hoy es difícil sostener habida cuenta que es proclamado “Santidad”. Recibirlo como autoridad que llega hasta las fibras más profundas del sentimiento religioso de millones de personas y hasta de uno mismo…, es el Papa, “Babbo”, “el dulce Jesús en la tierra”…

                Pero en contradicción con la historia de los convencimientos más profundos y por los cuales uno ha hecho las opciones fundamentales de la vida.

Si como en todo hombre hacemos (como lo hemos hecho) valoración de la persona por los convencimientos (ideologías) y las acciones (trayectoria), no podemos menos que permanecer fieles a aquello que también hemos aceptado y vivido. No me ha alegrado en lo más mínimo la elección de Francisco I. Desdecirme sería una traición a mi mismo. Por lo cual no puedo ahora expresar otra cosa que un profundo silencio a la espera que la realidad pueda mostrar que es propio de los sabios cambiar de sentencia. Pero todavía no puedo vislumbrar si se trata de mí o…

El Señor escribe derecho en renglones torcidos, yo creo en los milagros, existe la conversión, Monseñor Oscar Arnulfo Romero es el mejor ejemplo conocido por todos. Dio la vida por su Pueblo como el Buen Pastor. Pablo de Tarso, San Agustín, San Pedro Armengol… e infinidad de amigos de Jesús que testimoniaron su Fe hasta derramar su sangre.

Al tomar el nombre Francisco no se si hace referencia al de Asis o a su hermano misionero (Francisco Javier); cualquiera de los dos es bueno para la Iglesia en este momento: el primero si se despoja como él y vuelve a la sencillez del Evangelio; del segundo si abandona el romanismo eclesial para adentrarse en el reconocimiento de toda cultura como “capax dei” (capaz de Dios). Lo que es bastante más difícil es pensar una “conversión” del neoliberalismo que ha profesado y su coqueteo con los que han profanado el 5º mandamiento haciendo alarde de su “pecado público”. Su oposición manifiesta a las actuales autoridades democráticas de nuestro país necesitará una “conversión” que no repita sus gestos a otras institucionalidades.

Sea como fuere los que de a pie somos, en el respeto que se merece, aguardamos el cariz que dará a su “Pontificado”, en el convencimiento que “es propio del Sabio cambiar de sentencia”, y deseando desde el fondo del corazón, que seamos nosotros los que andabamos equivocados.

En cuanto a fidelidades se refiere, seguiré absolutamente convencido del Evangelio de Jesús y de las verdades de la Iglesia, particularmente las del Concilio Vaticano II, en las que me he formado y hecho las opciones fundamentales de mi vida.

Carlos María Diez
Venerador de San Francisco de Asis,
 de San Francisco Javier
y de muchos mártires de la Iglesia Latinoamericana